Un ave vuela sin rumbo,
pero instintivamente sabe hacia dónde ir.
El ave migratoria que vive en un lugar y parte
continúa su ruta y a veces hasta sufre la muerte.
Incluso hay aves migratorias que cruzan el Himalaya,
una de las montañas más altas del mundo, y retornan.
Pero hasta la vida de las aves que se muestran libres
continuamente es acechada por la muerte.
El hombre desea vivir libre como una nube que flota.
Desea vivir libre en un mundo sin impedimentos
y anhela partir sin un destino y sin estorbos.
Pero por sus lazos personales y sus posesiones, no puede partir libremente.
Incluso habrá tenido momentos en los que hubiera preferido morir
debido a su agotadora vida sin sentido.
Debido al agobio, uno busca la manera de ser libre,
con incontable anhelo de desprenderse de su vida vivida,
esto es la mente humana, su naturaleza.
Pero partir hacia algún templo en una montaña o hacia otro país debido a esa sensación de agobio,
abandonar incluso a la esposa y los hijos
no es la manera de desprenderse de los apegos.
Tal vez, uno trate de escapar de su realidad pero, sea lo que sea,
seguramente será la manifestación de la conciencia de inferioridad
que es invisible a los ojos [...]
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